Alissa (publicista)
¿Cuál era su libro favorito de niña?
Два капитана (Dos capitanes), de VA Kaverin, la historia Sanya Grigoriev, que dedicó toda su vida a encontrar rastros de la expedición perdida del capitán Ivan Tatarinov para restaurar su buen nombre de viajero y explorador valiente.
¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?
Los cuentos ilustrados por Ivan Bilibin, en especial el de Baba Yagá, la bruja de los cuentos rusos.
¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeña?
Mamochka, ella era maestra de lengua y literatura rusa.
¿Leía a escondidas?
¡No! Los niños no leían a escondidas. Otra cosa eran los adultos...
¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?
Mis padres conseguían libros bajo mano gracias a sus relaciones.
¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeña relacionada con los libros?
Me reía de mis padres porque se pasaban las noches en vela recitándose páginas de Boris Pasternak el uno al otro: "Smelim rai v shalaché..." (Junto al ser amado, cualquier covacha es un paraíso), y yo les decía: "Oj, ¡Sí! ¡Hasta que llegan las heladas!"
¿Qué tres libros para niños recomendaría?
Los libros ilustrados por Boris Inozemtsev, Mi caballero, de Marina Tsvetaeva e ilustrado por KatyaTolstaya, Viaje a la Edad Media, de Natasha Kaya. Y cualquiera que recomiende esta página maravillosa que es un peligro para mi AmEx.
Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?
¿Cómo? ¿Han cambiado el zumo de zarzaparrilla por Coca-cola? ¡Me parece genial!
¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?
Mientras lo esté en casa, no me preocupa.
¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?
Cada noche leo en voz alta a mi hija antes de que se vaya a dormir. Su peor castigo es que no haya lectura.
Sobre Alissa
Alissa, 37 años, es gerente de una agencia de publiciad en Moscú. Concedió una entrevista a Svetlana Alexiévich que publicó en su libro El fin del "Homo Sovieticus", en traducción de Jorge Ferrer, y desde 2017 relata su vida en el escenario de Las Cosas de Martínez, en Barcelona. La foto de la cabecera es de José Luis Laborda.