David Jiménez Torres (columnista y escritor)
¿Cuál era su libro favorito de niño?
No hay uno que destaque especialmente sobre los demás. Diría que, de los que nos leía mi madre cuando éramos muy pequeños, los que más nos gustaban a mi hermano y a mí eran El hombrecillo naranja de Kaspar Rauxel y La bruja Mon de Pilar Mateos. Nuestro abuelo también nos leía una versión maravillosa del cuento de “Los músicos de Bremen”, que aún me hace reír. Luego me aficioné mucho a los de Roald Dahl (sobre todo Matilda y Las brujas), a Fray Perico y su borrico y a muchos más de El Barco de Vapor. Y luego ya la fantasía: El señor de los anillos y el resto del universo Tolkien, los libros de Harry Potter, la serie de libros del universo Star Wars…
¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?
La sequía, de Jesús Zatón y Jesús Gabán.
¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?
Mis padres.
¿Leía a escondidas?
Sí, en la cama, cuando ya habían apagado la luz. De niño aprovechaba la luz del pasillo (que dejaban encendida y con la puerta entornada, porque mi hermano y yo teníamos miedo a la oscuridad), y más adelante sencillamente encendía el flexo al lado de la cama cuando mis padres se habían ido a dormir. No tengo ninguna duda de que ellos lo sabían.
¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?
Las tres. Mi madre dedicó muchas horas y muy diversas estrategias a aficionarnos a la lectura. En ese sentido lo tuve muy fácil.
¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?
Solo el recuerdo generalizado de que los libros me hacían feliz, que me acompañaron durante una infancia y adolescencia que resultaron algo solitarias, y que siempre fueron una parte esencial de mi manera de estar en el mundo.
¿Qué tres libros para niños recomendaría?
Recomendaría probar con muchos libros muy diferentes, juntando clásicos (Las mil y una noches, mitología griega, adaptaciones juveniles de clásicos de la literatura) y modernos. Y luego repetir los que más hayan gustado.
Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?
Me cuesta dar una opinión global sobre este tema, pero en la adolescencia leí en inglés Diez negritos, Huckleberry Finn y La casa del tío Tom, en versiones de las que no se había expurgado la palabra “nigger”, y no tengo la sensación de que esto me haya hecho especialmente racista. Quizá habría que tener más fe en la inteligencia y sensibilidad de los niños, y en la función directora de padres y profesores.
¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?
Creo que las asignaturas de lengua tienen que ir mucho más enfocadas a la literatura que a la sintaxis y a la morfología. Al menos en mi colegio el peso lo llevaban estas dos áreas, y para alguien que desde siempre había sentido interés por la lectura, como era mi caso, aquello generaba mucho rechazo a corto plazo sin demasiado provecho al largo. Por otra parte, me parece que el estudio de los clásicos debería escorarse hacia obras que resulten comprensibles a edades tempranas. Dosificar bien los esfuerzos y alienar al menor número de lectores que sea posible. Por ejemplo, es mucho más fácil que un adolescente comprenda y disfrute el Lazarillo que La Celestina, o que pueda apreciar el Quijote en la versión de Andrés Trapiello que en la original. Muchas veces el debate se plantea como ‘clásicos sí’ versus ‘clásicos no’, cuando creo que hay fórmulas intermedias muy válidas.
¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?
Cuando los tenga, lo plantearé exactamente como hizo mi madre con nosotros y esperaré que me salga la mitad de bien que a ella.
David Jiménez Torres (Madrid, 1986) es profesor universitario, columnista y escritor. Es doctor en Estudios Hispánicos por la universidad de Cambridge, ha sido profesor en las universidades de Cambridge y Manchester, y en la actualidad es profesor de Humanidades en la Universidad Camilo José Cela. También es columnista del diario El Mundo y autor de cuatro libros, siendo el más reciente la novela Cambridge en mitad de la noche (Entre Ambos, 2018).