Leticia Vila-Sanjuán (agente literario)
¿Cuál era su libro favorito de niña?
¡Harry Potter! (lo sigue siendo). Leí Harry Potter y la piedra filosofal con siete años, y para mí fue un salto muy importante, porque hasta entonces había leído libros muy infantiles, cortitos, ilustrados…. A partir de Harry nada fue igual. Fue el libro que verdaderamente reveló mi pasión lectora, que me llevó a estudiar inglés (para no tener que esperar las traducciones).
¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?
Recuerdo un libro ilustrado maravilloso que me obsesionó: Eugenia en Venecia. Me encantaba, incluso escribí un poema sobre Venecia a raíz de su lectura (¡ganó en los juegos florales del colegio!).
¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeña?
Mi padre, sobre todo. Más tarde empecé a compartir libros con mis amigas del colegio, por suerte me junté con amigas bastante lectoras. Intercambiábamos libros en el patio e incluso escribimos algunas historias propias.
¿Leía a escondidas?
Sí, en todos lados. Recuerdo un verano, debía tener unos doce años y acababa de ser el gran boom de El código Da Vinci. En el colegio y en casa me lo habían prohibido, pero mi amiga Ana se lo había leído en secreto y me arrastró a hacer lo mismo. Así que lo saqué de la biblioteca de Puigcerdà, el pueblo donde veraneamos, y lo leí compulsivamente durante tres noches con una linterna. Mi hermana, que tenía nueve años, me pilló una noche y se pasó el verano haciéndome chantaje y amenazándome con delatarme.
¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?
Tengo la suerte de tener muchos libros en casa, y al principio arrasaba con todo lo que encontraba. Más adelante, sobre todo durante los veranos, me aficioné a visitar a la biblioteca, donde podía coger novedades de literatura juvenil que no teníamos. Pero siempre he sido bastante descuidada con las fechas y acababa castigada por devolver los libros tarde, así que empecé a comprar mis propios libros. Con los años he combinado todo: casa, biblioteca y compra compulsiva.
¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeña relacionada con los libros?
Muchas. Recuerdo especialmente una temporada en la que me obcequé con solamente leer Harry Potter. En aquel momento no habían salido ni siquiera todos los libros, creo que en España solo los tres primeros. Entré en un bucle en el que los leía, los terminaba, y volvía a empezar por el primero. Leía comiendo, cenando, de día y de noche. Mi obsesión llegó hasta el punto en que mis padres me los prohibieron para que leyera otras cosas (o quizá para que simplemente los dejara). Entonces los trasladé al lavabo, y me inventaba excusas inverosímiles para pasarme horas allí metida, leyendo Harry.
¿Qué tres libros para niños recomendaría?
Harry Potter, sin duda. Todo el mundo me dice que soy agotadora con el tema, pero nunca me cansaré de abanderar la serie de J.K. Rowling. A mí me cambió la vida, y todavía hoy releo cualquiera de las novelas y me emociono, me río, descubro guiños insospechados… Y me fascina ver como año tras año generaciones de nuevos lectores entran en ese universo como lo hice yo (y medio planeta, si somos realistas).
También Las brujas, de Roald Dahl. Quizá sea el libro infantil de Roald Dahl que más disfruté, junto con Matilda. Recuerdo que lo leímos en sexto de primaria y pasé muchísimo miedo. Me encantó.
Y había una colección de Alfaguara, no sé si todavía existe, que adaptaba textos clásicos, y al final de cada capítulo había un cómic de resumen. Le tengo especial cariño a la versión de Mujercitas, que leí varias veces.
Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?
La verdad es que no estoy muy informada sobre el tema. A priori, mal. Creo que los libros hay que leerlos entendiendo que fueron escritos en un contexto y unas circunstancias muy concretas. Y creo que es enriquecedor para el lector ser consciente de que muchas de las cosas que damos por sentadas no siempre han sido así.
¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?
Mi experiencia personal con la lectura en el colegio es de sentimientos encontrados. Yo era una lectora muy voraz desde muy pequeña, y cuando estaba en primaria en las horas esas libres de lectura no me dejaban llevarme mis lecturas propias, sino que me obligaban a leer libros más sencillos, del estilo Barco de Vapor, que recuerdo aburridísimos. Pero también tuve un par de profesoras que hicieron de las clases toda una experiencia: una en primaria, con la que leímos Roald Dahl, y más adelante, en bachillerato, mi profesora de griego y latín: nos hizo leer La Odisea, La Ilíada, muchísima tragedia griega… Y son lecturas que nos marcaron, libros que si lees con 16, 17 años, no te dejan indiferente.
¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?
Mis amigas siempre bromean con que si algún día tengo hijos y no les gusta leer los tiraré a la basura. A ver, si tuviera, evidentemente me encantaría que heredaran la pasión por la lectura, pero tampoco querría ser una de esas personas que proyectan en su prole sus pasiones y frustraciones (todos sabemos que en la mayoría de casos acaba siendo contraproducente). Lo que sí tengo es un hermano pequeño, que ahora tiene 13 años, y en el que he volcado todas mis filias y fobias lectoras y que lo ha leído ¡todo!
Y veo que ahora los niños tienen a su alcance muchísimas más distracciones (¡todo Internet!) de las que teníamos hace unos años. Pero también creo que si en un momento de tu vida has descubierto una verdadera pasión por leer, siempre acabas volviendo.
Leticia Vila-Sanjuán (1992) nació y vive en Barcelona. Estudió Humanidades en la Universitat Pompeu Fabra. Estudió en Londres durante un curso, en King’s College London. Fue becaria en el departamento de prensa de la editorial Tusquets, trabajó como lectora para la editorial Destino y desde 2013 trabaja en Pontas Literary & Film Agency. Es agente literaria.