Luis Alberto de Cuenca (poeta)
¿Cuál era su libro favorito de niño?
De niño-niño mi libro favorito eran los tebeos. A partir de los nueve o diez años mis libros favoritos fueron los clásicos de la Colección Araluce y los tebeos. A partir de los doce, Shakespeare y los tebeos. Ahora, Shakespeare, Homero, el Cantar de los Nibelungos y los tebeos.
¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?
La Canción de Rolando o Sigfrido, ambos de la Colección Araluce. Tendría que mirar el nombre del ilustrador.
¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?
Mis padres me recomendaron los dos tomos de Sherlock Holmes de Aguilar y los tres tomos de los Episodios Nacionales de Galdós (Aguilar). Los devoré.
¿Leía a escondidas?
En clase no. En la cama sí, pero no a escondidas. Al acostarme y antes de levantarme. Me ponía el despertador los fines de semana a las cinco y media de la madrugada para leer más.
¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?
Había libros en mi casa. Los suficientes como para generar adicción. Pero me gustaba ir haciendo mi biblioteca. Ahorraba para comprarme libros. Obsesivamente: sobre todo libros (y tebeos: nunca he hecho una distinción entre estos y aquellos). Un disco cada cien libros, o incluso un disco cada mil libros. Mi relación con el papel impreso es claramente adictiva.
¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?
Encontré a los diecisiete años una primera edición de The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde en la librería de Don Cayo (en la calle del Prado, actual Librería del Prado, regentada por los hijos de José Blas Vega, buenos amigos míos). Don Cayo pedía 1.800 pesetas por ese libro. No las tenía. Se las pedí a mi madre. Volví por la tarde ¡y lo había vendido a última hora de la mañana! Por no reservarlo lo perdí. Hoy ya he subsanado esa deficiencia.
¿Qué tres libros para niños recomendaría?
La serie de Guillermo, por Richmal Crompton; La princesa ligera, de George MacDonald; cualquier libro ilustrado y escrito por Maurice Sendak (o solamente ilustrado por él).
Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?
Una aberración. Un delito de lesa humanidad. Lo han hecho también con las novelas de Mark Twain y con muchos otros textos. Vivimos en el peor de los mundos posibles. La political correctness es un totalitarismo feroz.
¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?
Creo en el individuo. Si un individuo sale lector, lo será a pesar del colegio y de los profesores del ramo. A quien no le divierte leer no hay profesor enamorado de su oficio capaz de encandilarlo con la lectura. Que esté bien planteado o no el tema de la lectura en el cole resulta, al cabo, indiferente. Ser lector o no serlo es cuestión genética: va con el ADN.
¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?
Mis hijos tienen 42 años (Álvaro) y 30 (Inés). Siempre leyeron como posesos. No hubo que enfocar nada. Y mis nietas, de 10 (Genoveva) y 7 años (María) respectivamente, también son lectoras consumadas. Cuando los cromosomas colaboran no hay que hacer nada para propiciar la lectura.
Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid el 29 de diciembre de 1950. Es Profesor de Investigación del CSIC y Académico de la Real Academia de la Historia. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía en 2015 por su libro de versos Cuaderno de vacaciones.