¿Cuál era su libro favorito de niño?

Las brujas, Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate… En fin, casi cualquiera de Roald Dahl. No es una respuesta muy original, pero es la más honesta que puedo dar. Dahl revolucionó la literatura infantil y nadie como él supo conectar con la sensibilidad, los temores y el humor de los niños. Nadie como él fue capaz de ponerse del lado los pequeños lectores para explorar juntos el mundo de los adultos. Eso era lo que más me seducía, el viaje a lo prohibido.

¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño? 

Me viene a la memoria un gran álbum ilustrado cuyo título era, creo, El país de la música. Un niño recorría un mundo lleno de diferentes instrumentos, orquestas y estilos musicales. Apenas retengo más de su hilo narrativo ni de su estilo gráfico. Mi recuerdo es, ante todo, emocional. Me acuerdo de lo que me hacía sentir.

¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?

En realidad, creo que nadie. Solía leer los que caían en mis manos o los que escogía yo mismo. Quizá mi afición lectora tenga que ver con que siempre se respetó mi criterio. En el ámbito de la literatura hacía “mi santa voluntad”.

¿Leía a escondidas?

Sería un recuerdo muy romántico del que presumir, pero hasta donde me alcanza la memoria eso de leer bajo la colcha con una linterna era algo que solo veía en las películas. En general mi afición lectora era siempre recompensada y nunca “perseguida”. O tal vez es que yo era bastante formal.

¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?

Mi casa familiar estaba (y está) llena de libros. Algunos de los que leía eran heredados de mi hermana mayor. Otros los cogía cada lunes en el Bibliobús (era la biblioteca que tenía más cerca de casa). Unos pocos, por último, los recibía como regalo de vacaciones o por mi cumpleaños. Alguno lo tuve que leer en el colegio. Nunca me faltó lectura.

¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?

Sí, y es algo que siempre cuento en mis encuentros con lectores. Mis padres me concedieron un premio Óscar por ser tan buen lector. Claro que era un Óscar de plástico, pero me hizo ver que, en casa, leer tenía recompensa.

¿Qué tres libros para niños recomendaría?

Pues es una tarea difícil, pero nombraré uno de una autora contemporánea, otro que yo mismo leí de pequeño y una colección que, aun teniendo sus añitos, descubrí siendo ya mayor: El niño del carrito, de Begoña Oro, Cucho, de José Luis Olaizola y Una serie de catastróficas desdichas, de Lemony Snicket

Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?

Sin duda es un asunto delicado. En teoría, preferiría que siempre se leyera la versión original y después se comentase y discutiese la lectura. También los pequeños lectores pueden desarrollar una conciencia crítica sobre lo que han leído y opinar sobre el machismo o el racismo presente en la serie de Enid Blyton. Comprendo, por otro lado, que haya quien prefiera tomar el camino fácil… pero pocas cosas hay más importantes como aprender a criticar lo que se lee.

¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?

Me temo que no. Siento que los alumnos se sienten presionados y saturados ante las lecturas obligatorias de la escuela. A menudo las lecturas se evalúan con comentarios de texto tediosos y sistemáticos que solo consiguen que los niños terminen viendo la lectura como parte de sus deberes. Hay que fomentar el componente meramente placentero de la literatura.

¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos? 

No tengo hijos, pero tengo ocho sobrinos, y sé que no existe una receta mágica para conseguir que un niño sea lector. No digo nada nuevo cuando recomiendo que tengan acceso a libros buenos y diversos, que se les enseñe que leer es un premio y un castigo, que en casa se comenten y se discutan las lecturas, que se les lea en voz alta… En pocas palabras, hay que prestigiar la literatura y predicar con el ejemplo. Añado, además, que se trata de una “batalla silenciosa”. No se debe hacer ver que les estás presionando, solo poner a su alcance los medios necesarios para acercarles a la lectura… y tener paciencia. Con suerte, llegará el libro que les seduzca y consolide su hábito lector.

Sobre Pedro Mañas

Pedro Mañas (Madrid, 1981) es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid. Fue precisamente allí donde uno de sus relatos fue seleccionado para una selección de jóvenes autores. Desde entonces no ha dejado de escribir y le han sido concedidos diferentes galardones nacionales e internacionales en el ámbito de la narrativa y la poesía para niños y jóvenes. Los más recientes, el Premio El Barco de Vapor y el Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, son dos de los más prestigiosos reconocimientos en el mundo de la literatura para pequeños lectores en lengua castellana.