Nido de Ratones

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Hughes (periodista)

¿Cuál era su libro favorito de niño?

Todos los de Sherlock Holmes y  Un agujero en la alambrada, de Barco de Vapor. 

¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?

Sí, una historia universal ilustrada que me regalaron mis tíos. No recuerdo el nombre, pero por ella empecé a hablar de la Atenas de Pericles. 

¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?

No recuerdo que hubiera recomendaciones. Eran regalos. Los libros aparecían sin más. ¡Alguien los elegiría!

¿Leía a escondidas?

No, leía en la cama por la noche, a unas horas correctas. Recuerdo que hubo una pinza-bombilla para prender en el libro y leer en plena noche, en plena oscuridad, pero luego iba muy mal y no se veía nada.

¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?

Mis padres no eran muy lectores, pero compraban libros para estimularnos y reducir nuestra tendencia a la barbarie. Recuerdo con mucho agrado ahora, mientras escribo, las visitas a las librerías los sábados y domingos.

¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?

Recuerdo sobre todo el olor de algunos libros. Es un recuerdo muy vivo, que sobrevive a todos los demás. Los olisqueaba a escondidas y no tan a escondidas. Creo que leí pocos libros, pero olí muchos.

¿Qué tres libros para niños recomendaría?

No sé, me cuesta regalar libros a niños. No sé nada de literatura infantil. Recomendaría lo que leía yo: Conan Doyle o Agatha Christie, un Julio Verne o Salgari y un Tintín o Mortadelo.

Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?

Mal, cómo me va a parecer. Ni siquiera sabía que se pudiesen hacer esas cosas. Suavizar la impresión que de niños nos producen las cosas me parece una insensatez y un robo al niño.

¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?

La fabricación artificial de encantadores niños lectores no sé si es muy deseable. Veo que se estimulan grandes abstraídos por proyección paternofilial. Un poco de instrucción incomprensible y un poco de burricie no me parece mal del todo. Hay que no-leerse La Celestina.

¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?

No tengo aún. Con mis sobrinos trato de hacer de tío-estimulante escogiendo libros que a le vez no renuncian a una pretensión subliminal, motivo por el cual los escojo minuciosamente. Por ejemplo, a mi sobrino, que empezaba a jugar, le regalé una historia sobre un equipo de fútbol en el que todos se pasan la pelota y se preocupan unos de otros; a mi sobrina, un cuento en el que una pequeña niña cuida de su tío raro y solitario al que pese a todo quiere mucho. En la medida de lo posible, trato de mandarles un mensaje.

Hughes escribe en ABC desde los últimos días de 2012. Economista y funcionario público en excedencia. Pueden encontrarlo en su cuenta de Twitter: @hughes_hu