Nido de Ratones

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Manuel de Lorenzo (escritor)

¿Cuál era su libro favorito de niño?

Cualquiera de Los Hollister. Eran unas tres docenas de títulos y los tenía todos o casi todos. Mis padres me habían ido comprando poco a poco la colección y me pasaba horas sumergido en el pequeño universo de esa familia ficticia.

¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?

Curiosamente, recuerdo lo mucho que me perturbaban las ilustraciones de Las brujas de Roald Dahl. Quizá por lo inquietante que me resultaba también la historia. Sin embargo, con el paso de los años, no sé por qué, acabé cogiéndole cierto cariño a las imágenes de aquellas brujas.

¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?

 Seguramente mi padre, aunque no lo recuerdo.

 ¿Leía a escondidas?

Leía a escondidas, sí. Pero no porque leyese a deshoras, ni nada similar, sino porque me gustaba esconderme en un rincón que había en la casa de mis padres donde no me veía nadie y allí leía. Supongo que para abstraerme, aunque entonces no supiese que esa era la intención.

¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa?

No compré mis propios libros hasta la adolescencia. De pequeño acudía a la colección de libros de mi padre, que era enorme, y sobre todo iba a la biblioteca. Casi podría asegurar que iba a diario, al salir del colegio.

¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?

Recuerdo que de niño me tenía fascinado un ejemplar magnífico de El señor de los anillos que mi padre había apartado en una estantería, entre otros libros, en una zona del salón. Yo estaba empeñado en leerlo, pero mi padre, que sabía que una lectura semejante podía desmotivar a cualquier niño, decidió que no era buena idea. A cambio, me compró una versión reducida, simplificada e ilustrada de El señor de los anillos. Durante un tiempo fue mi tesoro más preciado.

 ¿Qué tres libros para niños recomendaría?

Para los muy, muy pequeños, tan pequeños que aún no saben leer, A qué sabe la luna de Michael Grejniec. Para los que son un poco más mayores, El Principito y Charlie y la fábrica de chocolate. Y para los que son mayores de verdad, Las aventuras de Huckelberry Finn, Tom Sawyer, La historia interminable, La llamada de la selva y Alicia en el país de las maravillas. Tengan estos niños la edad que tengan.

Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?  

Me parece que estamos confundiendo educación con sobreprotección. Poner una venda en los ojos de los niños para que no vean que el padre de Hansel y Gretel los abandona en el bosque solamente retrasa lo inevitable. Con el pretexto de la corrección política se corre el riesgo de discriminar contenidos en función de las restricciones éticas de quien edita. Y eso es muy peligroso. Siempre habrá alguien aún más inflexible con lo que considera moralmente inaceptable. Adaptar un cuento a lo que se considera adecuado o inadecuado es como adaptar películas según sean o no decentes. Y eso tiene un nombre. Cribar Los Cinco con la excusa de la corrección política es como prohibir las novelas sobre violaciones para no fomentar la violación. Es objetivamente absurdo.

¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?

Creo que los planes y estrategias dirigidos a fomentar la lectura deben diseñarse y estructurarse desde la perspectiva del entretenimiento, no de la obligación académica.

¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?

Por ahora no ha sido necesario enfocarlo. Lo que más le gusta a mi hija es que le lean cuentos. Más que cualquier otra cosa. Y si no hay nadie que pueda leérselos, los abre y se los cuenta a sí misma, aunque no sepa leer. Ni su madre ni yo hemos hecho nada en concreto para que sea así, salvo leerle cuentos desde que nació. Pero la realidad es que le apasionan.

Manuel de Lorenzo nació en Ourense en 1981 y, según él mismo afirma, a pesar de sus esfuerzos por ganarse la vida decentemente terminó siendo escritor. Asegura que solamente le gusta escribir sobre aquello que le apasiona en particular y quizá por eso al final siempre acaba escribiendo sobre la vida en general. Durante los últimos años ha trabajado para diferentes medios de comunicación, bien en prensa escrita, como columnista y articulista, bien en radio y televisión, como colaborador y guionista. Opina que la literatura, aunque a veces no lo parezca, todavía tiene algo que ver con el arte de inventar y contar historias.  Acaba de publicar Todo lo demás era silencio con Suma de letras. @manu_delorenzo