Nido de Ratones

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Jesús Úbeda (periodista)

¿Cuál era su libro favorito de niño? 

Tengo buen recuerdo de ¡Hay algo vivo!, un libro de la serie "Pesadillas", de R. L. Stine. Era de un bicho parecido a una patata con dientes que la liaba parda. Me gustaba mucho la literatura, digamos, de terror infantil. Me acuerdo, de la misma serie, de un muñeco viviente, de la máscara maldita, de El fantasma aullador, etcétera. 

¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño? 

Recuerdo una edición infantil del Quijote editada por Grafalco, con dibujos de Albarrán. Reconozco que, del libro, en principio, me atrajeron más los dibujos que el relato en sí. Leí ese Quijote cuatro o cinco veces. Me parecía –me parece– una obra muy divertida. 

¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño? 

Mis padres y un amigo sacerdote de mi familia. Sin embargo, reconozco que no les hacía mucho caso. Por ejemplo: los libros que más leí de niño chico fueron la  Enciclopedia Salvat de la Fauna, de Félix Rodríguez de la Fuente. Vi un anunció en televisión, me enamoré de los bichos, mis padres me la compraron y, a partir de ahí, devoré esos libros. 

¿Leía a escondidas? 

No mucho, aunque sí leí a escondidas, con ocho o nueve años, mi primer Stephen King: Cementerio de animales. Lo releí con veintipocos años y lo disfruté aun más, claro, pero tengo un más que notable recuerdo infantil de ese libro. Algún día tendré algún gato al que llamaré Church. 

¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa? 

Me compraban los libros, no pisaba la biblioteca y mis padres tenían una biblioteca más o menos notable. Es curioso lo de la biblioteca: voy todas las tardes desde que empecé la universidad. Y terminé Periodismo hace ocho años –caray–. 

¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?  

Vuelvo a la Enciclopedia de Rodríguez de la Fuente: mis padres me la compraron hasta el tomo 23. No sé por qué. Pero fue cosa que tuve clavada en el alma mucho tiempo y que, cada equis años, palpitaba con cierto escozor. Y, hace unos meses, pude hacer un acto de justicia biográfica: encontré en Wallapop la enciclopedia entera. La compré por 30 euros. Y fui tan feliz como cuando, de niño chico, leía sobre el águila arpía, los renos o los habitantes del río Amazonas. 

¿Qué tres libros para niños recomendaría? 

Pequesonetos, de Víctor Alfaro: así se acerca a los niños, de un modo serio y adaptado a la infancia, a la poesía;  Manolito Gafotas, de Elvira Lindo: entrañable, divertido, tan bien escrito, y, venga, uno de R. L. Stine,  ¡Hay algo vivo!, de la serie Pesadillas

Algunas ediciones de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. ¿Qué le parece? 

Una infamia. Para empezar, ¿qué es lo políticamente correcto/incorrecto? Para algunas personas de derechas, lo políticamente incorrecto es hacer chistes sobre mujeres y no hacerlos sobre, por ejemplo, judíos; para algunas personas de izquierdas, hacer chistes de Franco y sonarse los mocos con la bandera nacional... Al final, lo "políticamente correcto/incorrecto" es un disfraz barato con el que algunos intentan ocultar su complejo de ser de izquierdas o de derechas. Que no se toquen esos libros, por Dios. Espero que al Quijote no le pongan una Sancha por eso de la paridad.

¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio? 

No. Soy del 89 y en el instituto me mandaron leer a Baroja y a Clarín. Todavía los tengo atravesados por aburridos. Seguramente no lo sean, pero creo que, a los 15/16 años, alcancé mi récord vital de bostezos con La regenta. No digo que haya que dar literatura de usar y tirar a los críos, pero, caray, hay grados. Por ejemplo, también recuerdo haber leído a Lorca con mucho gozo. Hay más libros que longanizas. Anda que no se puede dar a elegir (y con un nivel alto). 

¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos? 

Salvo sorpresa, todavía no tengo. Pero imagino que se criarán en una biblioteca (a mis 29 años, tengo una biblioteca bastante maja y que va creciendo). En el peor de los casos, les castigaré en plan: "Hasta que llegues a la página 100, no cenas". Qué sé yo. La paternidad me da vértigo. 

Jesús Fernández Úbeda (Ciudad Real, 1989) es periodista por obra y gracia —o desgracia— de la Universidad Complutense de Madrid. Escribe en Zenda y en Libertad Digital. Además, ha cubierto un par de giras de Enrique Bunbury y escribió el press release de su último álbum, Expectativas. También hizo de compilador, o como se diga, en El último pistolero, de Raúl del Pozo. Aterrizaje forzoso (Cultiva Libros, 2018) es su primer libro. En Twitter @jfubeda89