Nido de Ratones

View Original

Pablo Mediavilla (periodista)

¿Cuál era su libro favorito de niño?

Me cuesta saber cuáles fueron o son mis libros favoritos, pero es curioso que recuerdo perfectamente el título del que, para mí, fue mi primer libro; quiero decir, el primer libro que coges en tus manos y terminas con la plena conciencia de lo que estás haciendo. Se llamaba Rabicún –nombre agradecido para la memoria–, y veo ahora en Google que es de Patricia Barbadillo y publicado en 1989. Tenía ocho años.

¿Recuerda algún libro ilustrado con especial cariño?

Había un libro japonés de dibujos, parecido a un cómic. No sé cómo pudo llegar a mis manos. No recuerdo si tenía palabras, pero era precioso y terrible a la vez, muy violento, con dragones, venganzas, harakiris y esos mares embravecidos típicos de los dibujantes japoneses.  Me encantaba y lo miraba una y otra vez, con una excitación de las cosas prohibidas, aunque estuviera a la vista en mi habitación. Debe andar por casa de mis padres. Luego había otros de cómo son las cosas por dentro, muy detallados: cómo es un barco, cómo es el Empire State, cómo es una fortaleza medieval... Me fascinaban.  

¿Quién le recomendaba libros cuando era pequeño?

Mi padre. Los dejaba por ahí, supongo que a propósito, o directamente me los recomendaba. Luego, ya adolescente, le pedí una lista con su cánon –la he extraviado, lamentablemente– y le salió algo bastante clásico: El Quijote, La Biblia, La Odisea...

¿Leía a escondidas? 

Sí. Leía en la cama, muchas veces hasta horas no recomendables para estar consciente al día siguiente. Hubo una época en la que estaba realmente enganchado a las historias de Sherlock Holmes y leía de camino al colegio, en el recreo, entre clase y clase y, a veces, en alguna clase, pero quizás esto último es un recuerdo inventado porque era muy obediente.

¿Se compraba sus libros, iba a la biblioteca, tenía libros en casa…?

Mis padres eran profesores (ya jubilados) y había muchos libros en casa. Mi padre era profesor de Literatura Española y tenía a mano a casi todos los grandes escritores españoles, franceses y latinoamericanos. Empecé a comprar libros en la adolescencia (a los anglosajones) y así hasta ahora, en que evito entrar a las librerías para no arruinarme.

¿Tiene alguna anécdota de cuando era pequeño relacionada con los libros?

En mi cumpleaños de los once o doce, un amigo me dio su regalo. Su madre le había dado dinero para comprarme lo que quisiera. Se fue a una papelería–librería que había cerca de su casa y que nos encantaba y salió de allí con El Quijote en una edición de lo más kitsch: tapas de piel de color granate, letras doradas, las páginas cosidas de papel biblia. Nos quedamos todos bastante parados. Cuando se enteró su madre, devolvió el libro y me regaló una raqueta de tenis.

¿Qué tres libros para niños recomendaría?

Cuentos por teléfono de Gianni Rodari, El sabueso de los Baskerville de Sherlock Holmes y Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl.

Algunas ediciones nuevas de libros antiguos retocan los textos para que resulten políticamente correctos. Es el caso de Los cinco, de Enid Blyton. ¿Qué le parece?

Salvo en casos flagrantes (y no conozco ninguno), me parece un desastre porque se borran unos personajes y unas expresiones que, aunque puedan ofender a alguien –el umbral de ofensa es cada día más bajo y la tala reduciría las obras al absurdo–, reflejan un tiempo y una manera de pensar. No sé por qué retocar obras antiguas cuando cualquiera es libre de escribir historias nuevas (aunque ahora los libros para niños parecen salidos de un comité de las Naciones Unidas). Los tacos, las injusticias y los malos también son necesarios en la formación. De hecho, es lo que te gusta cuando eres niño y lo que más te vas a encontrar luego.

¿Cree que está bien planteado el tema de la lectura en el colegio?

Desde que acabé primaria no sé cómo funciona un colegio. En mi experiencia, la voluntad y la imaginación de un profesor son mucho más decisivas que cualquier plan general. Creo que muchos profesores son poco flexibles, siguen el cánon establecido por el plan de estudios y ya. Es difícil engancharse a cosas que se perciben como obligatorias.  

¿Cómo enfoca el tema de la lectura con sus hijos?

No tengo hijos, pero al menos me encargaré de que tengan estanterías en sus habitaciones, algo cada vez más infrecuente.   

Pablo Mediavilla Costa (Barcelona, 1981) es periodista y escritor. Ha filmado algunos documentales, tomado algunas fotos y ahora lleva un diario (mediavillacosta.wordpress.com)